Cuenca Hidrológica

Una cuenca hidrológica consiste en una porción del territorio en donde la precipitación atmosférica (lluvia o nieve) escurre hacia un mismo río por medio de sus distintos afluentes y tributarios, para eventualmente descargar hacia el mar o algún otro cuerpo de agua. Dependiendo de las características de la cuenca, parte de la precipitación se infiltra hacia el subsuelo, recargando el acuífero.

Cuenca del Río San Juan Zitácuaro

La cuenca denominada río San Juan Zitácuaro se ubica en la Región Hidrológica RH- 18 río Balsas, Subcuenca río Cutzamala, Cuenca Balsas y tiene una superficie de 29,465 hectáreas.

El agua de la cuenca drena hacia la presa de El Bosque para luego incorporarse al Sistema Cutzamala.

Zonas a las que pertenece la cuenca

Zona de amortiguamiento de la RBMM
o 14,850 hectáreas 51%
Zona núcleo
o 5,154 hectáreas 18%

Situación Biogeográfica

La Reserva por su situación biogeográfica tiene un gran valor florístico y faunístico. La incidencia de especies y subespecies endémicas es alta. En esta región existen amplias extensiones de bosques templados de pinos y encinos, así como de oyamel (Abies religiosa), que son los que albergan durante su período de hibernación a la mariposa monarca (Danaus plexippus).

 

Bajo estas condiciones, el 80% de la población rural obtiene el agua para consumo doméstico a través de manantiales cercanos a su comunidad. El 20% restante extrae el agua directamente desde arroyos, pozos, la toma de una fuente pública, mediante préstamo o a través de la compra de agua embotellada. La mayor parte de la población almacena el agua en pilas o depósitos de concreto, pero estos poseen poco volumen para retener el líquido. El agua que llega a las casas se usa para el aseo y la elaboración de alimentos, aunque es notable que en el 65% de las viviendas también se destine para el riego de hortalizas y huertas (Sánchez, et al., 2014).

El agua tiende a escasear en los años en los que ocurren sequías extremas. De hecho, el 80% de la población rural aseguró que algunos días se ha quedado sin agua para consumo doméstico durante la estación más seca (abril a junio) (Sánchez, et al., 2014). 

Así mismo, los actuales sistemas de distribución de agua son ineficientes y funcionan de la siguiente manera: se coloca una manguera al manantial que traslada el agua hasta un depósito colectivo. En la salida de cada depósito se conectan varias mangueras (desde 10 hasta 40) que llevan el líquido hasta cada casa. Las personas que habitan lejos de los depósitos reciben agua con menos frecuencia y presión (principalmente en secas), además de gastar más en la colocación de mangueras y sus reparaciones, que quienes viven cercanos a ellos.

El tipo de sistemas de distribución también tiene sus repercusiones ambientales, pues el hecho de entubar el agua desde los nacimientos ha provocado que los lechos de los ríos se encuentren secos la mayor parte del año, disminuyendo las capacidades de los sistemas riparios de mantenerse.

Ahora bien, los usos domésticos del agua en las comunidades rurales entran en competencia con otros usos, especialmente con la producción agrícola, la tutricultura, la industria y la zona urbana de la ciudad de Zitácuaro, aunque se desconoce el nivel de demanda que tienen estas actividades.

Esta misma competencia por el agua se replica en el uso del suelo.

Uso de suelo ocupado por distintos tipos de bosque
65%
Uso de suelo agrícola
31%
Uso de suelo urbano
4%

Desde 2012 a la fecha la zona núcleo de la Reserva ha tenido tasa cero respecto a la tala ilegal. Los cambios de cobertura vegetal han obedecido a causas naturales como tormentas invernales o ataques de plagas (WWF y Fondo Monarca, 2012). No obstante la zona de amortiguamiento y libre se siguen viendo amenazadas por el cambio de uso de suelo. En los últimos 20 años, los distintos tipos de bosque existentes en esta región han tenido una progresiva y considerable disminución del orden del 44%. En otras palabras, la disponibilidad de agua para las comunidades rurales y los ecosistemas locales puede ser aún menor si aumenta el cambio de uso de suelo y crece la demanda para otros usos.

Por otro lado, los datos levantados por la Red Comunitaria de Monitoreo del Agua indican que la totalidad de manantiales que se monitorean tienen altos niveles de concentración de coliformes o han sido diagnosticados con niveles moderados de coliformes. 

No obstante, la población percibe que el agua que consume es de buena calidad. En todo caso, el agua es frecuentemente sometida (74%) a algún tipo de tratamiento previo de desinfección.

La contaminación por coliformes inicia desde el origen de los escurrimientos y alcanza sus valores más altos conforme el agua desciende por la cuenca. Las fuentes de contaminación incluyen al ganado suelto, la disposición de aguas residuales en los afluentes y el inadecuado manejo y localización de las letrinas (Sánchez, et al., 2014). En cuanto a la disposición de las aguas grises y negras, los datos del INEGI (2000) señalan que el 42% de las viviendas de las comunidades rurales de la cuenca San Juan Zitácuaro no cuentan con drenaje, convirtiendo la disposición de aguas en un foco de contaminación.

Retos de la Cuenca

Incorporar a más actores en la gestión de la cuenca, con la intención de conservar su funcionalidad y facilitar las diferentes actividades humanas y económicas.

Escalar la propuesta, ya que en la cuenca existen más comunidades y una ciudad con sus propias problemáticas y soluciones para la gestión del agua.

Ampliar la visión de las actividades hasta ahora realizadas para tener un mayor impacto.

Continuar con las actividades en las ocho comunidades donde ya se ha trabajado, lo cual ayudará a ejemplificar la importancia de la toma de acuerdos para la gestión comunitaria del agua.